Desconexion con el fisico
La quinta lección propuesta por Harari engloba la comunidad y los vínculos humanos. Este capítulo toma como base la red social Facebook y sus esfuerzos por construir colectividades que merezcan la pena, con el objetivo de combatir la desintegración de las comunidades, que es según Mark Zuckerberg, la responsable de los trastornos sociales de nuestra época. Este empresario explicó que las comunidades conectadas ayudan a las desconectadas; sin embargo, muchas veces la conexión se produce a expensas de la desconexión. Las comunidades físicas tienen una profundidad que las virtuales no pueden igualar. Esto se debe a que los humanos tenemos cuerpo y nunca podremos desconectarnos completamente del mundo físico.
Las redes sociales han creado herramientas que facilitan compartir nuestras experiencias; sin embargo, lo que realmente necesitamos son herramientas que faciliten vivir y conectar con las mismas. La desconexión con nuestras experiencias y el mundo físico produce un sentido de alienación que los expertos atribuyen a la reducción de vínculos religiosos o nacionales, pero realmente se deben a la reducción de vínculos con nuestro cuerpo y sentidos.
La mayor dificultad de crear comunidades virtuales realmente conectadas nace del hecho de que las relaciones íntimas exigen mucho tiempo, energía e interacción física directa. Es por ello que lograr relaciones íntimas online es muchas veces un juego de suma cero, es decir, que la ganancia de uno implica la pérdida del otro. En este caso, construir conexiones virtuales implica perder las conexiones físicas.
Otro límite que tiene Facebook y las demás redes sociales para crear comunidades virtuales realmente conectadas, es que estas funcionan como empresas y por lo tanto, buscan ser rentables. Lograr la integración de las comunidades implicaría que las compañías como Facebook cambiarán por completo su modelo de negocio, que motiva a las personas a invertir más tiempo en línea y menos tiempo en el mundo real. Históricamente, las empresas no han sido vehículos para las revoluciones sociales porque esto exigiría sacrificios que estas no están dispuestas a hacer.
Si Facebook quisiera llevar a cabo una revolución global, tendrá que cumplir una tarea mucho más complicada: salvar la brecha entre lo conectado y lo desconectado, fusionándose en una realidad aumentada. Esto también implica un lado negativo, pues una vez que los gigantes tecnológicos lleguen a un acuerdo con el cuerpo humano, podrían acabar manipulandolo por completo.
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