De la carne a las hojas
Esto dio inicio a la revolución agrícola (9,500 A.C. - 8,500 A.C.), donde se cambió toda fuente de comida a base de la caza, por una fuente orgánica. Ahora, esto puede parecer de maravilla, y realmente lo fue, ya que se convenció al hombre sabio de aquel tiempo de trabajar y cosechar para un futuro y a tener más de lo que necesita de una cosa (lo cual abundaremos después), aun así, fue una trampa de lujo, ya que aun así favorezca en cantidades, no tenían algo que les sobraban a las carnes, y esto eran: los carbohidratos y otros nutrientes.
Además, ya que tenían que estar al pendiente de sus cultivos, adoptaron el estilo sedentario y entendieron que si trabajaban duro tendrían una mejor calidad de vida, ya que no les faltaría comida.
También se encontraron vestigios de que hicieron templos de adoración a sus Dioses, y que a partir de estas construían sus aldeas, o viceversa, este es un dato del que no se tiene seguridad, pero de algo a nivel arquitectónico que si se tiene seguridad es de la construcción de grandes imperios alrededor de estos templos; ciudades que ya se quedarían ahí viviendo en sedentarismo y con la misma creencia, y dichos pobladores se guiaban de unas normas impuestas por los mismos dioses, llamadas las leyes de la naturaleza. Ya a este punto se puede ver la importancia que tuvo la agricultura, pues esta hizo que generaran asentamientos, donde se quedaban por generaciones. Otros que vieron los efectos fueron los animales, ya que estos eran castrados para ser domesticados y cumplían en el campo o para encontrar ganado para estos, y los que eran animales de ganado, como pueden ser cabras, vacas, cerdos, entre otros, servían de alimento si eran los más agresivos, y el resto (los mansos) era usado para multiplicar al ganado.
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